07 marzo 2021

Quisiera tener varias sonrisas...

 Quisiera tener varias sonrisas de recambio

y un vasto repertorio de modos de expresarme.

O bien con la palabra, o bien con la manera,

buscar el hábil gesto que pudiera escudarme...


Y al igual que en el gesto buscar en la mentira

diferentes disfraces, bien vestir el engaño;

y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,

con sutil maniobra, la caricia del daño.


Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,

los que pueblan el mundo y se llaman humanos:

siempre el beso en el labio, ocultando los hechos 

y al final... el lavarse tan tranquilos las manos.


Con este poema de Concha Méndez (Madrid 1898 - Ciudad de México 1986) quiere empezar Letras en Cal el mes de marzo dedicado a las mujeres.

Concha Méndez es una de las voces femeninas más importantes de la llamada Generación del 27; una mujer con las ideas muy claras y con deseos de vivir libremente. Ya en sus primeros poemas se observa su desprecio por la vida encorsetada, diseñada para que las mujeres se convirtieran en excelentes pero aburridas amas de casa. En una entrevista recordaría un episodio de su infancia cuando un amigo de sus padres, de visita en la casa familiar, le preguntaba a sus hermanos qué querían ser de mayores. A ella no le hizo la pregunta, de hecho dice que la ignoraba, por eso se acercó a decirle al señor: "yo voy a ser capitán de barco". El hombre la miró tiernamente y le dijo: "Las niñas no son nada". Con el paso de los años, en esta entrevista, Concha se sentiría orgullosa de "terminar gobernando mi propio barco".

Siendo muy joven se emancipó de la casa paterna y se dedicó a viajar; estuvo en Londres, Montevideo y Buenos Aires, dedicándose ya a cultivar la poesía. Gracias a sus amistades con Luis Cernuda, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Luis Buñuel, entró a formar parte del grupo de poetas, artistas e intelectuales que formarían con el tiempo la Generación del 27. Y no solo estaba Concha Méndez sino Maruja Mallo, María Teresa León, Ernestina de Champourcín, Rosa Chacel, Josefina de la Torre... Mujeres que se vieron excluídas de la primera antología de ese grupo poético que pasaría a llamarse del 27 y que realizó Gerardo Diego en 1932 y 1934. Mujeres que han seguido siendo olvidadas en las innumerables ediciones que se editan y reeditan de la Generación del 27. Sin ir más lejos, la antología que yo tengo está realizada por el gran poeta Ángel González y no aparece ninguna mujer...

Concha Méndez no dudaría en enfrentarse a Gerardo Diego por ese menosprecio y le dijo: "Mira, tú nos excluirás, pero yo debajo de la falda llevo un pantalón". A ella se unirían el resto de mujeres artistas e intelectuales de la época que hoy reconocemos como "Las Sinsombrero".

Casada con el poeta malagueño Manuel Altolaguirre (él sí aparece en las antologías...) Concha Méndez estuvo al frente de la imprenta que el matrimonio compró en 1932. Allí fundaron la revista Héroe con el dinero que Concha había ganado en Argentina. Concha diría en sus memorias: "Era yo quien la manejaba, vestida con un mono azul de mecánico. Era difícil y cansado. Cuando salía a la calle con aquel mono, la gente se quedaba extrañadísima; no recuerdo haber visto en todo Madrid a otra mujer vestida con pantalones". 

En 1938 Altolaguirre se alistó en el bando republicano y al inicio de la dictadura tuvieron que exiliarse, primero en La Habana y luego en México, donde se instalaron  de forma definitiva.

El estilo poético de Concha Méndez es directo y sincero, rozando en ocasiones lo intimista, pero sin perder fuerza y carácter. El poema que he seleccionado me gusta especialmente porque pienso que puede reflejar cómo pudo sentirse ella, o cualquier mujer, en muchos momentos de la vida, sobre todo en aquella época que a Concha le tocó vivir, marcada por la idea de que "las niñas no son nada" y por la guerra civil y sus terribles consecuencias. 

Sería estupendo, como ella dice, tener "varias sonrisas de recambio" para cuando no tengamos ánimo... Sería estupendo contar con "un vasto repertorio de modos de expresarme" para llegar a todos y en todos los contextos... Podría ser útil, también, "buscar en la mentira diferentes disfraces", "vestir el engaño" y conseguir "la caricia del daño".Pero... ella no lo consiguió, no pudo ser como son los otros, los que se llaman "humanos", que siempre tienen "el beso en el labio, ocultando los hechos" con el único objetivo de lavarse las manos. 

La editorial Hiperión reeditó en 2017 una antología de los poemas de Concha Méndez. Os animo a conocer su obra, la obra de una mujer que en vida reivindicó sin descanso el espacio que le correspondía. Rindamos homenaje a tantas mujeres que fueron silenciadas a lo largo de la historia y que ahora, que se ha visibilizado su trabajo, comprobamos que fueron parte esencial del desarrollo cultural de nuestro país.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada, Sandra. Como a Concha, me gustaría tener varias sonrisas de recambio.

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