YERMA
Pero tú no. Cuando nos casamos eras otro. Ahora tienes la cara blanca como si no te diera en ella el sol. A mi me gustaría que fueras al río y nadaras y que te subieras al tejado cuando la lluvia cala nuestra vivienda. Veinticuatro meses llevamos casados, y tú cada vez más triste, más enjuto, como si crecieras al revés.
JUAN
¿Has acabado?
YERMA (Levantándose)
No lo tomes a mal. Si yo estuviera enferma me gustaría que tú me cuidases. "Mi mujer está enferma. Voy a matar ese cordero para hacerle un buen guiso de carne". "Mi mujer está enferma. Voy a guardar esta enjundia de gallina para aliviar su pecho, voy a llevarle esta piel de oveja para guardar sus pies de la nieve". Así soy yo. Por eso te cuido.
JUAN
Y yo te lo agradezco.
YERMA
Pero no te dejas cuidar.
JUAN
Es que no tengo nada. Todas esas cosas son suposiciones tuyas. Trabajo mucho. Cada año seré más viejo.
YERMA
Cada año... Tú y yo seguimos aquí cada año...
JUAN (Sonriente)
Naturalmente. Y bien sosegados. Las cosas de la labor van bien, no tenemos hijos que gasten.
YERMA
No tenemos hijos... ¡Juan!
JUAN
Dime
YERMA
¿Es que yo no te quiero a ti?
JUAN
Me quieres.
YERMA
Yo conozco muchachas que han temblado y que lloraban antes de entrar en la cama con sus maridos. ¿Lloré yo la primera vez que me acosté contigo? ¿No cantaba al levantar los embozos de holanda? Y no te dije: "¡Cómo huelen a manzanas estas ropas!"
JUAN
Eso dijiste.
YERMA
Mi madre lloró porque no sentí separarme de ella. ¡Y era verdad! Nadie se casó con más alegría. Y, sin embargo...
JUAN
Calla. Demasiado trabajo tengo yo con oír en todo momento...
YERMA
No. No me repitas lo que dicen. Yo veo por mis ojos que eso no puede ser... A fuerza de caer la lluvia sobre las piedras, éstas se ablandan y hacen crecer jaramagos, que las gentes dicen que no sirven para nada. "Los jaramagos no sirven para nada", pero yo bien que los veo mover sus flores amarillas en el aire.
JUAN
¡Hay que esperar!
YERMA
Sí, queriendo.
(Yerma se abraza y besa al marido, tomando ella la iniciativa)
JUAN
Si necesitas algo me lo dices y lo traeré. Ya sabes que no me gusta que salgas.
YERMA
Nunca salgo.
JUAN
Estás mejor aquí.
YERMA
SÍ.
JUAN
La calle es para gente desocupada.
YERMA (Sombría)
Claro.
Este fragmento pertenece al acto primero de Yerma (1934) de Federico García Lorca ( 1898-1936). Ya tocaba que el teatro tuviese representación en este rincón literario...
Yerma se estrenó el 29 de diciembre de 1934 en el Teatro Español de Madrid, por la compañía titular del mismo, encabezada por la gran actriz Margarita Xirgu. El éxito de crítica y de público fue extraordinario, teniendo como referencia que el 12 de marzo de 1935 se celebró la centésima representación de la obra.
Durante muchos años las representaciones del teatro de Lorca estuvieron prohibidas en España. Yerma volvió a los escenarios en 1960, con la actriz Aurora Bautista en el papel de Yerma. Todas y cada una de las representaciones de la obra han resultado exitosas, no solo en España, sino en Italia, Francia, Inglaterra y distintos países de América.
Mucho se ha hablado y escrito sobre ese "dolor de vivir" que inunda la obra de Lorca, tanto lírica como dramática. En su teatro predomina la tragedia, el mito del deseo imposible, el conflicto entre la realidad y el deseo (del cual hablaría también Luis Cernuda) y la frustración como elemento unificador de las obras. Lorca pone en escena destinos trágicos, pasiones condenadas a la soledad o la muerte y en la mayor parte de su obra esto aparece encarnado en las mujeres. En el desarrollo de la frustración destaca fundamentalmente el plano social: las convenciones, los prejuicios de casta, los yugos sociales... estos son los que impiden la realización personal.
Para Lorca el teatro era sumamente importante. Desde 1932 dirigió "La Barraca", grupo de teatro universitario que, con el apoyo del gobierno republicano, recorrió los pueblos de España representando obras clásicas. En palabras de Lorca " el teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre". También cree firmemente en el poder didáctico del teatro, en su función educadora, considerándolo uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país.
Pasando a cuestiones de estilo y lenguaje, en sus obras teatrales conviven la poesía y la realidad, el habla con sabor popular y el aliento poético.
Volviendo a la obra que nos ocupa hoy, el propio Lorca declaró que Yerma carece de argumento porque es un carácter desarrollado a lo largo de la obra.Yerma lleva dos años casada con Juan y espera con ansiedad la llegada de un hijo. Su marido, sin embargo, no parece compartir ese deseo. La boda fue decidida por el padre de Yerma y esta la aceptó pensando que pronto sería madre. Pero Yerma está condenada desde el principio, como bien indica la simbología de su nombre. Por eso empieza a debatirse entre la esperanza y la desesperación y, a medida que va pasando el tiempo, el carácter de Yerma se va endureciendo hasta el punto de crear una tensión, no solo con su marido, sino consigo misma y, en cierto modo, con la sociedad que le marca un sometimiento a unas normas.
En el fragmento seleccionado todavía la vemos querer al marido, cuidarlo. Pero ya se observa también esa diferencia en el modo de esperar la llegada del hijo. A Juan no le preocupa, incluso dice "no tenemos hijos que gasten". Eso decepciona por completo a Yerma. Ella le recrimina al marido que no le pone ganas, que hay que esperar queriendo. A lo largo de la obra se insinuará la posible impotencia de Juan...Pero Yerma está condenada y atada a Juan por el concepto de la honra, por mucho que piense que habría sido madre si se hubiese casado con Víctor, el pastor, y de quien se intuye que estaba enamorada. Yerma es una mujer sometida a esas convenciones sociales, sin opción a ninguna solución posible como indicará el trágico final.
Hay muchos temas o subtemas a tratar en la obra: la maternidad, el amor frustrado, la honra, la conducta social, el sometimiento de la mujer (aquí vemos como Juan no quiere ni que salga a la calle a comprar)...
El propio Lorca habló de una trilogía relacionando Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Si yo tuviera que quedarme con una, sería indudablemente Yerma. Curiosamente es la única que no he visto representada... Pero sí vi la adaptación cinematográfica dirigida por Pilar Távora en 1998 con las magistrales interpretaciones de Aitana Sánchez Gijón en el papel de Yerma y Juan Diego en el de Juan. En más de una ocasión se la he puesto a mis alumnos.
Ya que no podemos esperar que llegue una compañía de teatro a nuestra localidad y nos deleite con la representación de Yerma, recomiendo encarecidamente su lectura. Vamos a vibrar con los sentimientos extremos de su protagonista y vamos a valorar su evolución de la alegría a la amargura y su aceptación, o no, de su lugar en la sociedad y lo que se espera de ella.
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