07 noviembre 2024

SURSUM CORDA

 A veces es muy fuerte la tentación, las ganas

de abandonarlo todo, de dejarse,

que ya no son edades, ya no es tiempo,

que ya está todo hecho, muy mal hecho.

Es fácil la pereza y es difícil

embarcarse de nuevo en la tarea

de rescatar las ilusiones.

Pero tú, corazón, sigue latiendo

mientras te deje el mundo.

Hoy es el día, hoy es el primer día,

y ya nunca seremos más jóvenes que ahora.


Ofrecemos hoy la lectura de este poema de Amalia Bautista (Madrid, 1962), "Sursum corda". El título nos parece oportuno para el momento de desolación que atravesamos en España como consecuencia de la tragedia que ha sufrido nuestro país. "Arriba el corazón"; solo nos queda mirar la vida con valentía, levantar el ánimo y seguir creciendo como pueblo unido.

Como dicen los versos del poema, es fuerte la tentación de abandonarlo todo, de rendirse ante la creencia de que ya está todo hecho y, encima, mal hecho...; nos embarga la pereza y nos resulta difícil rescatar ilusiones... Pero tenemos un arma poderosa: nuestro corazón sigue latiendo, hay vida, hay lucha y, por lo tanto, hay camino por recorrer.

Esta poesía sencilla, sin artificios, que nace de la experiencia y de lo cotidiano, puede que sirva para conectar con lo que muchas personas estén sintiendo en estos días. Ojalá este poema sirva para infundir ánimo y confianza en un futuro más amable. 

15 octubre 2024

Hay que saber irse

 Hay que saber irse,

hay que saber abandonar el barco
sin hundirlo,
hay que saber cerrar la puerta
sin dar un portazo,
saber que a la piedra
no se le responde con más piedra,
que al daño
no se le responde con más daño.

Hay que ser elegante al marcharse,
entender que no hace falta
despedazar el abrazo
que una vez te dio calor.
No hay que romper las cartas
ni las fotos,
no hay que borrar los recuerdos
porque, más que un borrón
y cuenta nueva,
saber irse es una lección
y cuenta nueva.

Hay que saber marcharse,
comprender que las expectativas
son como el humo:
intuyes que surge de un fuego
pero ese fuego no se ve.
Nadie gana en las despedidas
porque ninguna victoria
es más triste
que decir adiós a un hogar.

Hay que saber irse
sin bombardeos,
cerrar la historia
sin destrozar el libro,
seguir caminando
sin mirar hacia atrás
y hay que entender que, muchas veces,
solamente seremos
la forma que escogimos
para decir adiós.


Compartimos hoy este poema de Miguel Gane (Leresti, Rumanía 1993) extraído de su obra Puedes hacerme lo que quieras, un poemario que no puede dejar indiferente a ningún lector, incluso al menos habituado a la lírica. El punto de partida es el conocimiento, por parte del autor, de la performance que la artista serbia Marina Abramovic hizo en 1974: colocó alrededor de su cuerpo 72 objetos destinados a proporcionar placer o dolor, pidiendo al público que los usase con ella, en su cuerpo. Marina tuvo que ser evacuada en ambulancia y casi pierde la vida... 

Miguel Gane le rinde homenaje a Marina en este poemario, del que ahora entenderemos el título, y reflexiona sobre el comportamiento humano a través del amor o del desamor, hasta tal punto de que somos capaces de entregar la vida en nombre del amor. Pareciera deducirse que es más fácil hacer daño, vista la experiencia de Abramovic, y que amar siempre resultó más difícil...

Sin embargo, el poema que hemos seleccionado es un canto a la no violencia: "Hay que saber irse sin bombardeos", "hay que saber abandonar el barco sin hundirlo", "al daño no se le responde con más daño"... Al mismo tiempo implica la aceptación de que, en muchas ocasiones, hay que irse, hay que romper ese vínculo íntimo que nos hace sufrir. Hay que irse, pero teniendo en cuenta cómo. Por eso el final del poema resulta contundente y excelente: "Muchas veces, solamente seremos la forma que escogimos para decir adiós". Cuánta verdad encierra esta sentencia...

Recomendamos la poesía de Miguel Gane, esta obra y cualquier otra. Encontraremos en ella unos textos cercanos y actuales, que brotan de la experiencia cotidiana y que rebosan emociones profundas. Cualquiera de sus poemas merecería tener cabida en este blog, pero nos hemos decantado por este ya que, en un mundo tan convulso y marcado por el horror y la tragedia de las guerras, como desgraciadamente observamos, nos ha parecido oportuno esta invitación a la no violencia. Confiemos en que sepamos cerrar las historias sin destrozar los libros, como él dice. 

27 noviembre 2023

No quiero

 No quiero

que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.

No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.

No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.

No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.

No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.

No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.

No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.

No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.

No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.

No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO…

Ofrecemos hoy este poema de Ángela Figuera Aymerich (Bilbao 1902 - Madrid 1984), escritora española representante de la denominada "poesía desarraigada" de la primera generación de posguerra española. Ángela estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, fue catedrática de Lengua y Literatura en distintos institutos de Huelva, Alcoy y Murcia y también trabajó en la Biblioteca Nacional. Ángela Figuera desarrolló su poesía social junto a Gabriel Celaya y Blas de Otero, también vascos, y este vínculo generó la nominación de "el triunvirato vasco de la poesía de posguerra". 

Este poema pertenece a su primer libro, Mujer de barro (1948),  que refleja la difícil situación que se vivió durante la posguerra, especialmente en el bando "perdedor". Hay que señalar, para la mejor comprensión del texto y de la obra de Ángela Figuera, que ella era republicana y que sufrió la censura del Régimen.

El estilo de esta poeta se caracteriza por un lenguaje sencillo, tratando siempre de que su mensaje llegue a la gente. El texto que presentamos es una buena muestra de ello. En él podemos observar reflexiones de distintos aspectos sociales, políticos, personales... Destaquemos algunos versos:

"No quiero / que haya frío en las casas, / que haya miedo en las calles"

"No quiero / que en los labios se encierren mentiras / [...] que en la cárcel se encierre a los buenos".

"Que jamás se disparen fusiles / que jamás se fabriquen fusiles".

"No quiero / que me manden Fulano y Mengano, / que me fisgue el vecino de enfrente, / que me pongan carteles y sellos".

"No quiero amar en secreto, / llorar en secreto".

Todos los versos son dignos de ser destacados pues todos ellos ofrecen una intensa reflexión sobre la realidad de la España de la época. Pero lo destacable es que, a día de hoy, acabando el año 2023, estos versos siguen resultando actuales en muchos aspectos...

Pongamos atención al mensaje de la última estrofa, donde se utiliza la mayúscula para otorgar mayor énfasis: "No quiero / que me tapen la boca / cuando digo NO QUIERO...". Poco más que añadir... Solo el deseo de que nuestros lectores disfruten con esta lectura.



26 octubre 2023

Primera casa

Todo lo que fue olvidando

lo recuerda mi cuerpo por mí.


El pozo, el túnel, el

botón de arranque.

Pura demo(n)stración.


La unidad familiar comienza con el 

ruido de un cuerpo.


Con ellos tengo este puente y su 

lenguaje secreto.

Nada más sabio hay que sus brincos y 

maullidos,

la espuma de sus olas ilumina nuestros 

pies.


En cuanto mis caderas avanzan por esa

casa

la derecha masca la pertenencia,

la izquierda aprende a refundarse.

Las líneas de mi frente hacen todo lo

contrario,

riega el vientre la flor de la división.


A toda casa se ingresa siempre a través

del cuerpo.


Qué más quisieras que un poema se

escribiese con estos dedos

capaces de ir y pulsar teclas tan altas.


Umbral, resorte, código.

No con la inteligencia, ahora.

Con las manos.


    Compartimos hoy un poema de la poeta Yolanda Castaño (Santiago de Compostela 1977) galardonada con el Premio Nacional de Poesía 2023 por su obra Materia. Esta obra, de la que ofrecemos el poema "Primera casa", gira en torno a la maternidad, los lazos familiares, el amor y las costumbres. El jurado ha destacado de su obra, entre otras cualidades, "su extraordinaria fuerza evocativa y sensorial".
    Una nota distintiva de esta poeta es que siempre escribe en gallego y, posteriormente, ella misma se traduce al castellano. 
    Resaltamos los siguientes versos que pueden resultar interesantes para una reflexión o para generar una sensación:

"Todo lo que fui olvidando / lo recuerda mi cuerpo por mí".

"La unidad familiar comienza con el / ruido de un cuerpo".

"Con ellos tengo este puente y su / lenguaje secreto".


22 septiembre 2023

La biblioteca

                                                        

El aire es allí diferente.

Está erizado todo por una corriente
Que no viene de este o aquel texto,
Sino que los enlaza a todos
Como un círculo mágico.

El silencio es allí diferente.
Todo el amor reunido, todo el miedo reunido,
Todo el pensar reunido, casi toda la muerte,
Casi toda la vida y además todo el sueño
Que pudo despejarse del árbol de la noche.

Y el sonido es allí diferente.
Hay que aprender a oírlo
Como se oye una música sin ningún instrumento,
Algo que se desliza entre las hojas,
Las imágenes, la escritura y el blanco.

Pero más allá de la memoria y los signos que la imitan,
Más allá de los fantasmas y los Ángeles que copian la memoria
Y desdibujan los contornos del tiempo,
Que además carece de dibujo,
La biblioteca es el lugar que espera.

Tal vez sea la espera de todos los hombres,
porque también los hombres son allí diferentes.
O tal vez sea la espera de que todo lo escrito
Vuelva nuevamente a escribirse,
Pero de alguna otra forma, en algún otro mundo,
Por alguien parecido a los hombres,
Cuando los hombres ya no existan.

O tal vez sea tan solo la espera
De que todos los libros se abran de repente,
Como una metafísica consigna,
Para que se haga de golpe la suma de toda la lectura,
Ese encuentro mayor que quizá salve al hombre.
Pero, sobre todo, la biblioteca es una espera
Que va más allá de letra,
Más allá del abismo.

La espera concentrada de acabar con la espera,
De ser más que la espera,
De ser más que los libros,
De ser más que la muerte.


Comenzamos un nuevo curso con la descripción de la biblioteca que nos propone Roberto Juarroz (1925-1995), poeta y bibliotecario argentino.
Me resulta cautivadora la forma de organizar las tres primeras estrofas con esos paralelismos:" El aire es allí diferente/ El silencio es allí diferente/ El sonido es allí diferente". Y no le falta razón, las bibliotecas tienen una esencia especial: silencio y sonido se complementan de forma única y armoniosa para aquellos que tengan la capacidad de sentirlos. 
Me parece, además, muy interesante la reflexión de Juarroz en las últimas estrofas. La biblioteca podría entenderse simplemente como un lugar de espera, pero sería una interpretación bastante pobre y limitada. Él mismo plantea la posibilidad de que pudiera ser necesario que todo lo escrito vuelva nuevamente a ser escrito "por alguien parecido a los hombres"... Es decir, la necesidad de una reelaboración de todo el saber acumulado, quizás desde otra perspectiva. Pero también plantea la posibilidad de que las bibliotecas sean el lugar donde todos los libros se abran de repente y eso suponga la salvación del hombre porque, en definitiva, las bibliotecas representan "la espera concentrada de acabar con la espera"... 
Les deseamos a todos nuestros lectores y seguidores un maravilloso curso 2023/2024.

19 enero 2023

Hay voces libres...

 

Hay voces libres,
y voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume;
hombres que sangran contra un sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre corre y huye como una herida;
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros.
Hay límites en la conversación tranquila que no pretende
y en el vientre estancado que se levanta o gira como una peonza.
Hay límites en ese líquido que se derrama intermitentemente
    mientras los ojos de los niños preguntan y preguntan a una
    voz que no llaman;
hay límites
en la amistad
y en esas flores enamoradas que no se escuchan.

Hay límites
y hay cuerpos.
Hay voces libres
y voces con cadenas.
Hay barcos que cruzan lentos sobre los lentos mares
y hay barcos que se hunden medio podridos en el cieno profundo.
Hay manteles tendidos a la luz de la luna
y cuerpos que tiritan sin sombra bajo la oscuridad de la miseria.

Hay sangre:
sangre que duerme y no descansa
y sangre que baila y grita al compás de la Muerte;
sangre que se escapa de las manos cantando
y sangre que se pudre estancada en sus cuévanos.
Hay sangre que inútilmente empaña los cristales
y sangre que pregunta y camina y camina;
sangre que enloquecida se dispara
y sangre que se ordena gota a gota para nunca entregarse.
Hay sangre en lo que no se dice
y sangre que no se calla y no se calla.
Hay sangre que rezuma medio seca bajo las telas sucias
y sangre floja bajo las venas que se para y no sale.

Hay voces libres
y voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y corazones que golpean en la pared como una llama.

Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que vive separada bajo las duras cruces de unos hierros
y hay sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de los árboles.

Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin un gemido.


Comparto hoy este poema de Emilio Prados (1899-1962), poeta malagueño perteneciente a la Generación del 27, Premio Nacional de Poesía en 1938. Con Manuel Altolaguirre fundó la imprenta Sur en Málaga en 1925. A Prados y Altolaguirre también le debemos la edición de la mítica revista "Litoral", considerada de vital importancia para el desarrollo de los miembros de la Generación de la Generación del 27.

El poema seleccionado nos propone una reflexión sobre la necesidad, o no, de la existencia de límites, posibilitando así la unión de contrarios. Es un poema de esencia surrealista en cuanto a la libertad expresiva y formal (ausencia de rima, versos largos, imágenes oníricas...), pero en su conjunto el mensaje creo que resulta bastante claro. Solo hay que detenerse en estos versos que se repiten a lo largo del poema: " Hay voces libres / y voces con cadenas". 

07 abril 2022

La saeta


¡Oh, la saeta, el cantar
a
l Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

    Antonio Machado (1875-1939) escribió este poema en 1914. En vísperas del Viernes de Dolores y de una Semana Santa, ansiada por muchos, me ha parecido oportuno recordar esta copla de Machado que se ha hecho tan popular. Quizás alguno descubra hoy que fue Machado quien escribió estos versos...
    El texto que presentamos hoy es popular en varios sentidos: tiene su origen en lo popular, en la tradición, en las costumbres, y ha llegado a pertenecer al pueblo, convirtiéndose en patrimonio de la cultura popular. Una lectura simple y rápida quizás no lleve a error pues podemos pensar que Machado era un gran admirador de las procesiones de Semana Santa (Machado es sevillano) y un religioso ferviente. Es cierto que las referencias a Dios y a Jesucristo son frecuentes en su obra, pero no es menos cierto que también lo es la crítica al magisterio de la Iglesia. Machado escribiría: "Sobre la divinidad de Jesús he de deciros que nunca he dudado de ella" y "Siempre estimé como de gusto superficial el escribir contra la divinidad de Jesucristo. Es el afán demoledor de los pigmeos que no admiten más talla que la suya". 
    Machado pone el interés en la concepción del cristianismo como una ética del amor fraterno, por eso recurre a la humanidad de Jesucristo y en el Cristo resucitado por encima del crucificado. Esa idea la observamos perfectamente en este poema: Su cantar no es el que echa flores a Jesús de la Agonía (una talla de un crucificado), no le canta al Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar. 
    Su anticlericalismo siempre estuvo presente, pero se acentuó en sus últimos años. En sus Apuntes íntimos escribiría: "Roma es un poder del Occidente pragmático, un poder contra el Cristo, que tiene del Cristo lo bastante para defenderse de él". Y en una carta a Miguel de Unamuno dijo: "El clericalismo español solo puede indignar seriamente al que tenga un fondo cristiano". 
    No es momento hoy para seguir profundizando en la obra y estilo de Antonio Machado, solo he querido dejar este pequeño apunte antes de las vacaciones de Semana Santa. Tiempo habrá para deleitarnos con su obra poética y con alguna que otra curiosidad, como la de que conoció a Leonor, su gran amor, cuando ella tenía tan solo 13 años y tuvo que esperar a que cumpliera la edad legal para casarse, 15 años. Machado tenía 34 años cuando se casó con Leonor... 
    Desde aquí deseamos a nuestros lectores que disfruten de esos días de descanso, si es que los tienen, y aprovechen esta semana de Pasión y Gloria como mejor consideren.