Hay que saber irse,
hay que saber abandonar el barco
sin hundirlo,
hay que saber cerrar la puerta
sin dar un portazo,
saber que a la piedra
no se le responde con más piedra,
que al daño
no se le responde con más daño.
Hay que ser elegante al marcharse,
entender que no hace falta
despedazar el abrazo
que una vez te dio calor.
No hay que romper las cartas
ni las fotos,
no hay que borrar los recuerdos
porque, más que un borrón
y cuenta nueva,
saber irse es una lección
y cuenta nueva.
Hay que saber marcharse,
comprender que las expectativas
son como el humo:
intuyes que surge de un fuego
pero ese fuego no se ve.
Nadie gana en las despedidas
porque ninguna victoria
es más triste
que decir adiós a un hogar.
Hay que saber irse
sin bombardeos,
cerrar la historia
sin destrozar el libro,
seguir caminando
sin mirar hacia atrás
y hay que entender que, muchas veces,
solamente seremos
la forma que escogimos
para decir adiós.
Compartimos hoy este poema de Miguel Gane (Leresti, Rumanía 1993) extraído de su obra Puedes hacerme lo que quieras, un poemario que no puede dejar indiferente a ningún lector, incluso al menos habituado a la lírica. El punto de partida es el conocimiento, por parte del autor, de la performance que la artista serbia Marina Abramovic hizo en 1974: colocó alrededor de su cuerpo 72 objetos destinados a proporcionar placer o dolor, pidiendo al público que los usase con ella, en su cuerpo. Marina tuvo que ser evacuada en ambulancia y casi pierde la vida...
Miguel Gane le rinde homenaje a Marina en este poemario, del que ahora entenderemos el título, y reflexiona sobre el comportamiento humano a través del amor o del desamor, hasta tal punto de que somos capaces de entregar la vida en nombre del amor. Pareciera deducirse que es más fácil hacer daño, vista la experiencia de Abramovic, y que amar siempre resultó más difícil...
Sin embargo, el poema que hemos seleccionado es un canto a la no violencia: "Hay que saber irse sin bombardeos", "hay que saber abandonar el barco sin hundirlo", "al daño no se le responde con más daño"... Al mismo tiempo implica la aceptación de que, en muchas ocasiones, hay que irse, hay que romper ese vínculo íntimo que nos hace sufrir. Hay que irse, pero teniendo en cuenta cómo. Por eso el final del poema resulta contundente y excelente: "Muchas veces, solamente seremos la forma que escogimos para decir adiós". Cuánta verdad encierra esta sentencia...
Recomendamos la poesía de Miguel Gane, esta obra y cualquier otra. Encontraremos en ella unos textos cercanos y actuales, que brotan de la experiencia cotidiana y que rebosan emociones profundas. Cualquiera de sus poemas merecería tener cabida en este blog, pero nos hemos decantado por este ya que, en un mundo tan convulso y marcado por el horror y la tragedia de las guerras, como desgraciadamente observamos, nos ha parecido oportuno esta invitación a la no violencia. Confiemos en que sepamos cerrar las historias sin destrozar los libros, como él dice.